Un turko, el vértigo y un pastel para la ocasión


Las siete de la mañana de invierno. Tengo frío pero no es por eso que tiemblo.
Ando por casa buscando prendas de ropa que no encuentro porque no busco bien, porque no tengo la cabeza centrada.
Abro la ventana para que entre la claridad y empiece a esclarecerse también mi cabeza. Pero nada, ni una brizna de luz assoma por el cristal. La oscuridad más absoluta que todavía me hace sentir un poco más asustada.

- Pero crees que seré capaz? – le digo a Turko, que no conozco de nada, y que escucha pacientemente al otro lado del hilo telefónico.
Me dice que claro que sí, pero yo no la veo en ninguna parte la claridad esta. Aún así confío en él, totalmente. No sé porque pero me transmite confianza. Él ha sido el causante de que yo ahora me vea en este lío. Iremos a hacer la Ferrata Regina, una de las más difíciles de Catalunya y mi primera.
- Tiene tres tramos, y puedes salir antes de empezar el siguiente.- me dice.
Marchamos....


 1 AÑO MEDIO DESPUÉS....
Las siete de la mañana de verano. Se está bastante bien. Pronostican lluvia pero el Turko es de los que “hay que ir y ver”.
Me equipo, ahora ya sé cómo. Durante este tiempo he conocido más a Turko y si antes confiaba, ahora más. Hemos hecho un barranco seco, me ha enseñado a escalar y cada vez me voy atreviendo algo más. Finalmente con mi primera ferrata conseguí hacer los dos primeros tramos. Antes del tercero ya me empezaron a flaquear las fuerzas, tanto las físicas como las psicológicas. Mi vértigo, siempre presente en mi vida, se había dejado dominar con las palabras alentadoras de Turko, pero no estaba dispuesto a hacer un tercer tramo. Un año después:
- Turko, quiero hacer el tercer tramo. Ya me veo preparada. – me sorprendo a mí misma con estas palabras.

Y era verdad. Una especie de mezcla entre curiosidad y miedo, de vértigo y ganas de tirarme, una confusión de pensamientos que aún así, todos me redirigían hacia la misma dirección: hacia el tercer tramo de la Ferrata Regina.
Al cabo de un días me arrepiento. Y si no soy capaz? Y si cuando estoy al segundo tramo no tengo fuerzas para continuar? Hacer perder el tiempo a Turko y Ferran me preocupa pero más me preocupa la frustación de no poder hacer el tramo. O lo que es peor, la frustación de no intentarlo. 

 De camino empiezo a notar los nervios del primer día. Sé a lo que me enfrento y sé que en una ocasión no me atreví.
Hacerlo significa para mí una meta, un reto más. Este año de novedades, de cimas para conseguir, esta era otra. El coche sigue avanzando y Turko y Ferran charlan. Yo, que normalmente no callo, veo bastante limitada mi conversación. Me preocupan demasiado las alturas de momento y mi vértigo me está amenazando.


 - Seguro que podré, no Turko? – le pregunto como si su respuesta fuera suficiente para callar a mi cabeza o el corazón o allá donde esté este vértigo.
Y no sé si lo es pero psicológicamente sus palabras tienen en mí un efecto calmante y confiador.
“Si él dice que lo podré hacer, seguro que podré, no tengo ninguna duda”.
Entre cuerdas y mosquetones, nos empezamos a equipar. Tenemos un rato caminando hasta llegar al inicio de la ferrata y pienso que esto me ayudará a relajarme. Pero no es así. 


 Andamos a paso rápido, cuesta arriba, e inmediatamente tengo una extraña sensación de ahogo. No puede ser cansancio, me digo a mí misma, acostumbrada cómo estoy a hacer deporte. Está claro, son nervios, es mi vértigo que se manifiesta en forma de jadeo. Intento obviar esta sensación y concentrarme en la montaña, con el paso a paso.
Llegamos a una pequeña explanada que recuerdo perfectamente.Turko tira el material y la mochila en el suelo, se seca el sudor de la frente y mira hacia arriba, la montaña. Siempre como si se tratara de un ritual.
- Pues ya estamos. – afirma.

 No sé si lo digo pero estoy muerta de miedo. “ Venga Neus, los dos primeros tramos ya los has hecho. Hazlos cómo ya sabes y el tercero ya lo veremos”, me repito a mí misma.
Equipada con todo observo como Turko sube primero. Ferran va detrás mio, mejor no puedo estar; es la oportunidad ideal para conseguir este objetivo, esta cumbre.
Empezamos!
Escalón a escalón, me vuelve a pasar lo mismo: la sensación de que es más difícil de lo que parece. “Sólo es una sensación, tira arriba que lo puedes hacer”.
Vamos tirando, vamos subiendo. Confío totalmente en Ferran y Turko y esto mantiene a raya mi vértigo. En alguna ocasión, tramos de cadenas que me bloquean un poco pero que al final supero. 



 Quedarte en un tramo bloqueada, pensar que no lo podrás hacer y entonces una voz totalmente tranquilizadora:
- Mira, a tu derecha verás una grieta que va perfecta para poner el pie derecho. Pon todo el peso a tu pierna y empuja hacia arriba.
Y lo dice de una manera que voy y lo hago! Es cierto que a veces me sale una vena un tanto irónica. Imaginaos que estáis colgados, agobiados, sin fuerzas y no veis escapatoria. Y te dice él:
- Mira, verás que más a la izquierda de tu pie derecho tienes uno saliente buenísimo para poner el pie!
Miras y resulta que se trata de una mini mini requetemini grietecilla, en la cual te cabe justo la puntita del pie y que encima está tant arriba que sólo un hiperlaxo (que no es el caso) puede llegar a poner el pie.
- Ui si, pedazo escalón! Donde va a parar.
 


En fin, que seguimos y llegamos al segundo tramo. Ferran saca de su mochila una cajita. Ya no me acordaba que lo había hecho yo una semana antes. Ferran la montó y yo decoré. “Traeré Lo Cupcake” a la cumbre de mi cima” pensaba mientras la pintaba. Ahora, con los nervios ni me acordaba; Ferran sí.
Y él y Turko empiezan a hacer fotos mientras subimos, que si cajita arriba, que si cajita abajo, que si ahora me cuelgo, que si ahora al arbusto...

Empezamos el tercer tramo. Difícil, desplomados que me cuestan. Estoy cansada pero la misma adrenalina me hace continuar. 

Por fin! Lo consigo, lo conseguimos. Piso la cumbre! Mi tercer tramo!

 Llegamos al coche, nos sacamos el arnés y colocamos las cosas en su lugar. Turko se enciende un cigarrillo y dice:
- Porque...te atreverías con el puenting?
Miro a Ferran diciendo que no con la cabeza, pero con la certeza de que lo acabaré haciendo.
Así que Turko, por  traerme a la ferrata por primera vez, por sólo tenerte que pedir para ir a escalar y tú no dudar al organizarlo, por un viaje interminable escuchando sobre frostings, bizcochos  y demás, por aprendértelo, y evidentemente, gracias por participar en mi proyecto y por mostrar tanto interés en él, un pastel para ti!
Gracias a los dos por creer en Lo Cupcake, cargar la cajita por toda la ferrata y hacerle fotografías. Sois geniales!

 Y que mejor para Turko que un pastel turco de yougurt? Casualmente, uno de los que más le gusta! Tendré crítica?
PASTEL TURCO DE YOGURT
 
Receta extraída de Pintxo en  Directo al paladar, que a la vez lo ha extraído del gran Gordon Ramsey

 INGREDIENTES:
6 huevos
150 gr de azúcar
75 gr de harina normal
½ culleradeta de levadura tipo royal
600 gr de yougurt griego natural
zumo de ½ limón
MÉTODO:
Prcalentamos el horno a 160º y preparamos un molde desmoldable de unos 22 cm.
Por un lado batimos las yemas con el azúcar hasta que la mezcla blanquee. Por otro lado batimos las claras a punto de nieve.
A la primera mezcla añadimos la harina con la levadura y batimos bien hasta que se integre. Seguidamente añadimos el zumo de limón y el yougurt y volvemos a batir bien.
Finalmente añadimos las claras, mezclando muy delicadamente para evitar que bajen. Lo ponemos en molde y horneamos durante una hora.
Dejamos enfriar y a mí me gusta servirlo con mermelada de frambuesas por encima.
NOTAS:
En el  horno se hinchará mucho y al sacarlo se empieza a deshinchar y a quedarse arrugado. Es normal.

CONVERSATION

2 comentarios:

  1. WoW Neus, no se que me gusta más si el pastel turco que tiene una pinta increible o vuestra aventurilla!!! Que pasada.

    Un besito guapísima,
    Sandra von Cake

    ResponElimina
    Respostes
    1. Jajajaaj! Yo tampoco lo sé! jajjaja! Me lo pasé genial!

      El pastel és requetebueno, a ver si te animas a traerlo en tus fiestas! Muchos besos guapa y gracias por estar aquí!

      Elimina

Subir